El barro desempeñó un papel fundamental como materia prima en la construcción de huaca de la Luna. Fue utilizado tanto en la elaboración de los adobes, que constituían el elemento constructivo principal, como en su función de mortero para fijarlos y en los revestimientos de muros, suelos y techos.

Los adobes en Huaca de la Luna adoptan una forma rectangular de tipo paralelepípedo. Algunos de ellos fueron moldeados con gaveras de caña, aunque la mayoría se fabricaron con gaveras de madera. Esta técnica permitía a los constructores Moche producir en serie y a gran escala su componente esencial. La estandarización de dimensiones les otorgaba la capacidad de calcular la cantidad de adobes necesarios para erigir sus monumentales estructuras.

En muchos adobes se pueden identificar diversas marcas, probablemente utilizadas por los fabricantes para distinguir las contribuciones de los diferentes grupos de comunidades que participaron en la construcción de esta arquitectura imponente.

Los adobes se disponían en aparejos tramados para erigir los muros de las edificaciones y para la creación de bloques constructivos que servirían como relleno en las plataformas.

Además de la tierra, se emplearon elementos orgánicos en la construcción, tales como postes, vigas y dinteles hechos principalmente de madera de algarrobo. También se utilizó la caña de guayaquil, el carrizo, la caña brava, esteras de totora y cordajes de fibras vegetales, que desempeñaron un papel crucial en la armadura y cubierta de los techos.